lunes, 23 de mayo de 2011

él.

El día estaba nublado, parecía no haber sido su día. Luego de un sin fin de deberes, y una tez tan pálida en el ambiente que casi se podía respirar la monotonía, ella caminaba sin rumbo buscando alguna razón por la cual sentirse plena y agradecida por estar aquí.
Su mirada divagaba en el infinito por largas horas, Y a pesar de ello difícilmente lograba sonreír.
Miles de pensamientos invadían su cabeza, y casi al azar escogía los mejores entre ellos, Un recuerdo tras otro recurría a ella sin control, Hasta que finalmente logro detenerse en uno.
Él, Solo de tener las imágenes en su cabeza, sentimientos incomparables la invadían de una manera única, Cada parte de su cuerpo se estremecía.
Ella juraba que el mundo entero giraba al compás de sus latidos, También podía asegurar que su vos era la melodía mas hermosa que algún día pudiese haber existido, Al igual que cuando el sonriera todo a su alrededor podía iluminarse en cuestión de segundos, Eso sin mencionar el echo de que su mirada la hacia sentir inexplicablemente completa, Cada palabra que el le dedicaba lograba detener el tiempo, Cada suspiro que el le roba era como si cada cosa mala de pronto desapareciera.
Y a fin de cuentas, por el simple echo de su existencia el podía borrar la monotonía sobre cualquier día, Los deberes sin fin, e incluso un día lluvioso.

Cada persona viene a este mundo con una misión, Hoy después de Once maravillosos meses sé que tu misión es hacerme sentir completamente feliz'240610